Los recursos son para los proyectos, y los proyectos son para la vida [buena]. La empresa (y el hombre de la empresa) ha sufrido, como casi todas las instituciones actuales, una des-moralización consecuencia de su incapacidad para desarrollar una función coherente con un fin. Sólo desde la recuperación (o refundación) del fin será posible volver a encontrar el sujeto y podrán las empresas volver a ser lo que deben ser. La filosofía debe guiar a la empresa para que encuentre el sentido que le falta.
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