Dos veces en su historia el Museo de Ciencias de San Francisco se ha visto asolado por fuertes terremotos. Hace tres años se completó su última reconstrucción V los arquitectos se dejaron inspirar por el desastre optando por una solución poco convencional: pusieron tierra sobre la cubierta y sembraron plantas autóctonas, otorgándole una estética salvaje. Compuesto por numerosos vidrios V tubos de ventilación, el "tejado con vida" otorga al museo aire fresco, luz natural y energía solar.
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