El ser humano tiene una resistencia natural a pensar en la vejez, tanto en lo personal como en lo profesional. Los gobiernos han dirigido sus esfuerzos con éxito a prolongar el tiempo de vida de la población, situación que ya constituye un problema social y económico.
«Viejo es una persona con limitaciones físicas, intelectuales y emocionales, que reduce su autonomía y bienestar, como consecuencia del transcurso de los años vividos». No todos envejecemos a la misma edad, dependiendo de la salud, los hábitos, el ejercicio físico e intelectual, el estado nutricional, los vicios y la actitud.
Un médico puede decidir ya no seguir ejerciendo por: problemas de salud, porque ya no desee hacerlo, porque no se sienta competente, por el riesgo de tener que afrontar una queja o una demanda, por tener un nuevo proyecto de vida o porque ya no tenga pacientes.
Las opciones que tenga un médico al retirarse dependerán de su edad, estado de salud, etapa del proceso de envejecimiento en que se encuentre: productiva, de autonomía, dependencia o senectud, sus condiciones físicas y mentales, preparación y actualización profesional, situación económica y entorno familiar.
Puede permanecer independiente, incorporarse a otra familia o refugiarse en un asilo.
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