Camuflado de convencional videojuego de pericia churrigueresca al volante, la secuela de Stuntman posee su mayor virtud en el reflejo poligonal de las películas de escaso impacto crítico y a cuya industria homenajea: como éstas, se disfraza con ruido, violencia y humor barato, pero posee un fondo mucho más denso de lo que aparenta.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados