Después de una breve incursión por la historia de la fundación de los museos de historia natural del mundo y de Rumania, se presentan los diferentes periodos de las colecciones de historia natural de Bucarest de forma minuciosa.
El Museo Nacional de Historia Natural "Grigore Antipa" conserva valiosas colecciones públicas y científicas, reunidas desde su fundación a lo largo de 177 años. Directores y conservadores contribuyeron significativamente a enriquecer los fondos, siendo el período más extraordinario el del Dr. Grigore Antipa, entre 1893 y 1944.
Posteriormente el museo sufrió un estancamiento debido a los efectos negativos de los acontecimientos políticos internacionales y nacionales. Desde 1988 hasta la actualidad el museo se planteó, por una parte, la rehabilitación del edificio, seriamente dañado por los terremotos de 1940 y 1977 Y por los bombardeos aéreos de la Segunda Guerra Mundial y por otro lado, el patrimonio se vio incrementado gracias a la recopilación de materiales biológicos en campañas y en expediciones por todo el país y el extranjero.
A principios del siglo XXI, el Museo Nacional de Historia Natural "Grigore Antipa", se suma a la tendencia del momento a introducir programas educativos. En esta institución se realizan programas muy diversos, todos ellos con el apoyo de especialistas que aseguran el atractivo y la exactitud de la información científica. Para responder de la mejor manera posible a las expectativas del público en general, se llevó a cabo en el período 2007-2011 el pro-yecto "Museo Nacional de Historia Natural Grigore Antipa - reinventado a los 100 años".
La institución ha realizado una modernización de toda la exposición pública para que se convierta en un lugar de conocimiento de la naturaleza y de los recursos naturales, para sensibilizar de la amenaza de la expansión urbana, del incremento de la industrialización, la contaminación y del aumento demográfico. De este modo, el Museo de Historia Natural de Bucarest se ha convertido en la plataforma en defensa de la conservación de la biodiversidad.
Actualmente es "otro tipo de museo" - "un museo vivo", que además con nuevas funciones como la investigación de la documentación patrimonial, responde a los intereses de la comunidad de conocer la historia, los valores estéticos y científicos del patrimonio natural. Podemos afirmar que el Museo de Bucarest es hoy un lugar de conocimiento y aprendizaje, un espacio de diálogo y de encuentro y un deleite para los visitantes.
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