Carmen Tomé, fiestera y profesora de baile, indaga en la evolución de esta danza que, emparentada con los fandangos, bajó paso a paso junto a los suyos desde los partíos de los Montes hasta la ciudad a mediados del siglo XX, y se ha mantenido viva en sus nuevos hábitats. También expone la difícil tarea de enseñar este "baile sin guión". Sobre la situación actual, plantea la dicotomía entre la tradición y la renovación, mostrando aspectos de gran interés y aportando valiosas ideas para su conservación.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados