La experiencia de los últimos treinta años en la conservación del patrimonio de las obras públicas, permite hoy reflexionar sobre la transcendencia que han tenido iniciativas que se llevaron a cabo a finales de los años 70 y comienzos de los 80, por parte de Ingenieros de caminos como José A. Fernández Ordóñez tanto en el reconocimiento y la valoración de este patrimonio. y como en los métodos para su restauración. La dimensión territorial del patrimonio de las obras públicas, aparece en primer lugar como un condldonante de las posibilidades de conservaclón, pero es en ella, por su papel en lo construcción del territorio, en donde deben reflejarse sus rasgos de Identidad, que permitan superar la mirada arqueológica tradicional. con la que los ingenieros de caminos (y otros profesionales) se han aproximado tradicionalmente a la ingeniería histórica. Lo necesidad de encontrar un uso que justifique su conservación, no debe ser contradletorio, en este sentido, con la utilización de técnicos modernas de restauración en las que la labor creativa es exigible también a los ingenieros de caminos que intervienen en este patrimonio. La experiencia en la restauración de obras públicas en España, ha sido reducida por parte de los ingenieros de caminos. Llevada a cabo a veces por otros profesionales, se han cometido errores derivados del desconocimiento de las características singulares de este patrimonio, diferente del arquitectónico. La orientación administrativa, por otra parte, a la restauración del patrimonio arquitectónico, ha impedido ver la riqueza y la necesidad de restauración del patrimonio de las obras públicas. que con algunas excepciones que se citan en el texto, no encuentran muchos defensores hoy ni siquiera en la propio Administración. Igual ocurre con el reconocimiento social y estético que la justifiquen, en donde las obras públicas más recientes (incluidas las del siglo XX anterior), o pesar de las exposiciones que se han realizado, siguen siendo muy limitado. al igual que el de aquellos que la proyectaron, generalmente desconocidos tanto para la mayor porte de los ingenieros de caminos. canales y puertos, (y en el futuro los ingenieros civiles), como para aquellos que se aproximan desde otros campos alas obras públicas. Indudablemente. en todo ello hay una responsabilidad como colectivo, en donde a folia de liderazgos como los de hace treinta años, parece necesario que tanto el Colegio, como las instituciones orientadas ala difusión del patrimonio de las obras públicas como el CEHOPU, tengan un papel diferente al actual en la defensa de este patrimonio.
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