Pedro Parra Caballero, Silvia Pérez Esteban, María Ester Patiño Ruiz, Santos Castañeda Sanz, Jesús Alberto García Vadillo
La fascitis necrotizante es una infección rápidamente progresiva de la piel y de los tejidos blandos que suele asociarse con una importante toxicidad sistémica. Su incidencia se ha incrementado durante los últimos años, afectando actualmente a uno de cada 100.000 habitantes en nuestro medio. Supone la forma más grave de infección de partes blandas, debido a la rápida destrucción y necrosis tisular y al desarrollo, en un tercio de los pacientes, de shock y fracaso multiorgánico. Aunque existen factores predisponentes para su aparición, principalmente en la fascitis tipo I o polimicrobiana, en muchas ocasiones se trata de pacientes jóvenes sin comorbilidad asociada, como sucede en los casos de fascitis necrotizante tipo II o estreptocócica. El diagnóstico es esencialmente clínico y en los casos de alta sospecha no debe retrasarse la exploración quirúrgica, ya que su pronóstico depende en gran medida de un diagnóstico precoz y de un tratamiento agresivo inmediato. Pese al mejor conocimiento de su etiopatogenia y a la disponibilidad de herramientas terapéuticas más eficientes, su mortalidad apenas se ha modificado en los últimos años, superando el 25%. El tratamiento se basa en soporte hemodinámico, tratamiento quirúrgico extenso y precoz, y antibioterapia empírica.
Necrotizing fasciitis is defined as a rapidly progressive infection of the skin and soft tissue that usually involves severe systemic toxicity. The incidence of this infection has increased in the last few decades and is estimated to affect one out of every 100,000 inhabitants in western European countries. This disease is the most serious form of skin and soft tissue infection, due to rapid destruction and necrosis of the fascia and subcutaneous fat, and the development of shock and multiorgan failure in about one third of patients.
Although there are several predisposing factors for the development of the disease, especially for type I, or polymicrobial, necrotizing fasciitis, many patients are young and have no underlying chronic diseases, as is the case for type II, or streptococcal, necrotizing fasciitis. The diagnosis is mainly clinical, and urgent surgical consultation is required as soon as possible once suspicion is high, as the main determinant of mortality is the delay in surgical treatment. Overall mortality remains high, affecting more than 25% of patients. Surgical debridement is the mainstay of treatment, along with hemodynamic support and broad-spectrum antibiotics.
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