Francisco Meza Ortiz, Martha Beatriz Rojas Solís, Penélope Antonieta Noriega Zapata
Introducción: De todas las quemaduras las eléctricas constituyen una fracción pequeña pero devastadora.
Presentación de los casos: Se muestra la experiencia con tres niños que sufrieron quemaduras eléctricas asociadas a la práctica recreativa de volar un papalote (volantín, culebrina o cometa). Dos fueron masculinos (9 y 10 años) y un femenino (10 años). Los mecanismos de lesión fueron al intentar bajar el papalote de los cables en que se enredó y al tocar cables de alta tensión con hilo metalizado y con hilo de cobre. Dos casos sufrieron además lesiones por caída. Un paciente presentó un bloqueo transitorio de rama derecha del haz de His y otro requirió amputaciones múltiples e injerto autólogo. El periodo de hospitalización fue de 5 a 34 días, ninguno de los pacientes presentó insuficiencia renal aguda y no hubo defunciones.
Conclusiones: Se deben desarrollar programas preventivos para disminuir el número de quemaduras eléctricas relacionadas con papalotes y sus secuelas invalidantes.
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