La interpretación del arte de Heidegger destaca por su radicalidad y originalidad. Para el pensador alemán, la esencia del arte se mantendrá oculta mientras no se ponga en conexión dicha actividad productiva con la pregunta por el ser. Al proceder así, se nos revela, por un lado, la constitutiva dimensión ontológica del arte y su íntima vinculación con el fenómeno de la verdad y, por otro, la insuficiencia de los tradicionales planteamientos sobre el arte y de la estética como disciplina filosófica. ¿Continúa vigente dicho planteamiento ontológico?, ¿es compatible con las nuevas condiciones de la producción artística emergentes en el actual mundo científico-técnico?
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