Resumen de La penicilina <<bruta>> en oftalmología. Primeros ensayos

C. Costi García de Tuñón, T. Alvarez Maribona

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  De los siete caos de dacriocistitis agudas o subagudas, algunos como los de las hiatorias 21 y 22, fistulizados en todos menos uno, se logró hacer bajar rápidamente la inflamación desaparecer o disminuir la supuración y mejorar las condiciones del terreno de forma que se pudiera realizar la operación. En uno de ellos (historia 22) se logró la mejoría después del fracaso de la medicación sulfamídica. Por el contrario, en el casos18, que fué rebelde a la aplicación de la penicilina, las sulfamídas tuvieron éxito.

  Si a estos resultados halagüeños añadimos también satisfactorios obtenidos con los lavados del saco en los casos reseñados en este mismo trabajo de úlceras con dacriocistitis, tendremos que convenir que el empleo de la penicilina local tiene una de sus aplicaciones más indicadas en las afecciones supuradas del saco lagrimal.

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  La estirilización del saco con los lavados de penicilina permitió realizar el sondaje y restablecer la permeabilidad lagrimal en ambos casos.

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  De los casos de tracoma tratadoc con penicilina nos llama la atención que el tratamiento sólo tuvo un éxito en los dos primeros, que son aquellos en que había lesiones corneales; en el tercero hubo una pequeña mejoría, y en los tres últimos, en los que había solamente alteraciones de la conjuntiva palpebral, su aplicación no dió el menor resultado. Ante estos hechos pensamos que la penicilina local no tiene ninguna acción sobre el tracoma y que los buenos resultados obtenidos en los dos primeros casos son debidos a la acción del medicamento sobre la infección asociada al tracoma, que, como hemos manifestado repetidas veces, creemos que es la causa fundamental de las complicaciones corneales de esta enfermedad.

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  Discusión: Dr. Demetrio Esteban, Dr. Losada, Dr. Arruga, Dr. Leoz Ortín.

  Comunicación al XXIII Congreso de la Soc. Oft. H.A. Madrid, octubre 1945.