Introducción: La perforación traumática del intestino delgado ocurre en aproximadamente uno por ciento de los niños que sufre algún tipo de traumatismo abdominal penetrante o contundente. Las dificultades para su identificación se deben a que las manifestaciones son subclínicas en el inicio y ello hace que se retrase la intervención quirúrgica.
Material y método: Se revisaron los expedientes clínicos de los pacientes que se dieron de alta con diagnóstico de perforación traumática del intestino delgado, entre 1991 y 1996.
Resultados: La lesión del intestino delgado de origen traumático se encontró en 41 niños. El traumatismo por objeto contundente como el maltrato, lesiones por caída en bicicleta, etcétera fue responsable en 37 casos y por instrumento punzo cortante como heridas por proyectil de arma de fuego, aire e impactación sobre eje de pedal, en tres. Hubo 32 pacientes del sexo masculino y la media de edad fue de 6.8 años. El sitio de perforación fue duodenal en cuatro, yeyunal en 21 e ileal en 16. Las lesiones asociadas se encontraron en once incluyendo estómago, hígado, bazo, páncreas, vejiga y uréter. A 29 se les práctico reparación primaria de la herida y siete sufrieron resección intestinal. Cuatro niños murieron.
Conclusiones: Este tipo de heridas requieren intervención quirúrgica oportuna y por lo general el pronóstico es favorable en la medida en que el diagnóstico sea temprano y las lesiones asociadas no sean graves.
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