Podríamos pensar a priori que los pacientes que han estado ingresados en una unidad de cuidados críticos (UCI) tienen una mejor calidad de vida que antes del ingreso, dado que han tenido unos cuidados especiales y han mejorado en su enfermedad, pero también podríamos pensar que no es así, que el hecho de estar ingresado en este tipo de unidades produce en el paciente alteraciones de por vida; secuelas, no sólo relacionadas directamente con su enfermedad , sino con la inmovilidad, efectos secundarios de los fármacos, infecciones nosocomiales, etc.
Estas cuestiones son las que nos han llevado a realizar este trabajo de investigación y cuestionarnos a modo de hipótesis si los pacientes que han estado ingresados en una UCI tienen, tras el alta a planta de hospitalización, mejor o peor calidad de vida. Este trabajo no pretende generalizar resultados ya que contamos con una muestra no generalizable; pequeña en cuanto a su número y realizado el trabajo de campo en un centro sanitario, en este caso la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI) del hospital de la Ribera, de Alzira, Valencia. A nivel metodológico hemos utilizado el cuestionario de Salud SF-36; es un instrumento genérico de medida del estado de salud percibida, es decir, el propio sujeto valora su estado de salud según la percibe. Fue diseñado originariamente como herramienta para valorar resultados clínicos (Ware JE et al, 1992) (McHorney CA et al, 1994) y ha sido validado en numerosos estudios (Aaronson NK et al, 1992) (Jenkinson C et al, 1993). El cuestionario ha sido adaptado para su utilización en España, habiéndose calculado valores de referencia en la población española, lo cual aumenta la utilidad de los resultados en nuestro ámbito (Alonso J et al, 1998) (Ayuso-Mateos JL et al, 1999).
Igualmente se ha pasado el cuestionario a un grupo de casos y a uno de controles
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