El auto de cuantía máxima fue creado hace más de cuarenta y cinco años, para facilitar las reclamaciones de las víctimas de accidentes de tráfico. Su regulación, que sigue siendo muy parecida a la inicial a pesar de los grandes cambios habidos en el tráfico, en el Derecho Procesal y en las normas sobre responsabilidad extracontractual, es sumamente defectuosa y plantea muchas dudas y dificultades. Incluso la propia existencia del auto de cuantía máxima debería replantearse.
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