El mismo día en que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunciaba en el Congreso el mayor golpe contra el Estado del bienestar en toda la historia de la democracia, la marcha de los mineros del carbón llegaba a la capital de España en olor de multitudes. En el transcurso de tres manifestaciones en apenas 24 horas, en apoyo de las reivindicaciones de estos trabajadores, la durísima actuación policial - que recordaba la de los tiempos del franquismo - provocaba 83 heridos, y se producía la detención de 17 manifestantes. Ese 11 de julio, los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, anunciaban movilizaciones masivas en todo el país el próximo día 19, y dejaban abierta la posibilidad de convocatoria de una nueva huelga general.
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