Se mascaba desde hace tiempo, pero ahora es palpable. El malestar del sector bancario, sobre todo entre las entidades consideradas como "buenas", ha subido varios enteros ante las duras condiciones impuestas por Bruselas para el rescate financiero. Las condiciones del crédito de 100.000 millones, más duras de las previstas, afectarán no sólo a las entidades rescatadas, sino también a las que lograrán librarse. Santander, BBVA y Caixabank no tocarán ni un euro del crédito, pero tendrán que aceptar más control, posibles cambios en sus accionariados y "banco malo", entre otros malos tragos. Mientras, el banco de España, vapuleado por el Gobierno, se toma la revancha arrebatando competencias a Economía
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