La nueva estación central de trenes de Turín es un buen ejemplo de cómo la energía fotovoltaica puede servir de puente entre la estética del siglo XXI y las exigencias de un moderno edificio de trenes. Los arquitectos combinaron elementos históricos de la arquitectura propia de estaciones ferroviarias con un moderno concepto energético.
Integraron al tejado de vidrio miles de células fotovoltaicas. que no solo producen electricidad. sino que también regulan de forma inteligente la incidencia de la luz.
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