La toxicidad producida por la quimioterapia afecta de forma principal y frecuentemente al tracto gastrointestinal (GI) y de esta manera puede condicionar reducción de dosis, retrasos y suspensiones del tratamiento antineoplásico. Los tratamientos utilizados actualmente contra el cáncer, incluyendo cirugía, quimioterapia de combinación, radioterapia, tratamiento hormonal y terapias dirigidas a dianas terapéuticas, contribuyen a un número cada vez mayor de pacientes con supervivencia libre de enfermedad y supervivencia global significativamente mayores. Asimismo logran una mejor paliación de los síntomas relacionados con la enfermedad, mejorando de esta forma la calidad de vida de los pacientes.
Por tanto, la toxicidad gastrointestinal debe ser tratada de forma preventiva y apropiada, proporcionando las medidas de soporte más eficaces. Esta revisión discute la etiología, incidencia, prevención y tratamiento de las toxicidades gastrointestinales provocadas por la quimioterapia antineoplásica.
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