Las cuentas anuales deben reflejar la imagen fiel del patrimonio, razón por la que juegan un papel fundamental en situaciones de insolvencia. La importancia de la contabilidad y de las cuentas anuales en la solicitud, declaración, tramitación y solución del concurso de acreedores justificó una regulación específica de las cuentas anuales en la Ley 22/2003, Concursal, que generó no pocas dudas a la hora de su aplicación práctica. La Ley 38/2011 ha introducido reformas significativas en el régimen de las cuentas anuales en el concurso con la intención de superar los defectos de la primera regulación.
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