Este artículo trata de demostrar que los campesinos de los Andes peruanos organizados en comunidades, distan mucho de estar social y económicamente estancados. Su lenta modernización es explicada a través de tres aspectos que, usualmente, serían tomados como limitaciones absolutas al cambio: el medio ambiente natural, el crédito y la tecnología. Se constata que las economías campesinas de estos sectores logran efectuar cambios en sus procesos productivos y distributivos, a través de un enorme proceso adaptativo a condiciones naturales, económicas y sociales variables. Sin embargo, las políticas de desarrollo rural no tienen un diseño adecuado a esta realidad, ni utilizan los instrumentos adecuados para incorporar a esta enorme - y diferenciada - masa de productores
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