Aunque desde hace algunos años suele asociarse a México con el narcotráfico, otro fenómeno de globalización delictiva se desarrolla en paralelo: el tráfico de migrantes y la trata de personas. Este artículo pone de relieve la forma en que la delincuencia organizada ha encontrado y desarrollado un nicho de mercado delictivo en los migrantes internacionales, en un entorno mundial propicio. La existencia de ese nicho es posible gracias a la evolución reciente de las redes de tráfico, a las prácticas de trata de personas y al marco migratorio �anacrónico e insuficiente� de México, así como a los errores estratégicos cometidos por los gobiernos mexicanos.
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