Los esfuerzos del presidente Barack Obama para reactivar el proceso de paz en Oriente Próximo chocan con el rechazo del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu a detener la colonización. Sin embargo, la resolución del conflicto israelí-palestino continúa estando en el centro de la estrategia de la Administración estadounidense en la región. Su éxito podría depender, en parte, de la influencia de un nuevo lobby judío, cuya primera convención comenzó el 25 de octubre, contrario a la política de la derecha israelí.
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