Si de su progenitor hubiera dependido, Nicolas Sarkozy no sería hoy el jefe del Ejecutivo francés ni estaría casado con Carla Bruni. El amor por las mujeres "se lleva en los genes" y "siempre doy malos consejos", reconoce Pál Sarkozy, el padre del "président", un "bon vivant" nato, enamorado del arte y de la vida, en una entrevista exclusiva para Epoca
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados