"Una maquinaria atascada por la pátina del tiempo y la obsolescencia de sus programas" . Quien así describe a la Internacional Socialista de antes del Congreso de Ginebra no es un enemigo de la organización, sino uno de sus líderes claves en América Latina: el dominicano José Francisco Peña Gómez. Ya en 1972 el propio Willy Brandt reconocía sin rodeos la inoperancia de la IS: "En la Internacional se hace tan poco, que casi se puede tomar a broma" , reflexionaba en una carta a sus amigos Olof Palme y Bruno Kreisky.
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