La VI Cumbre de las Américas, celebrada entre los pasados días 10 y 15 de abril, en Cartagena de Indias (Colombia), concluía con un estruendoso fracaso. El desacuerdo profundo entre las posiciones sostenidas por las naciones más al norte del continente - Estados Unidos y canadá - y sus vecinos del sur, hacía imposible la firma conjunta de una declaración final. El veto norteamericano a la presencia de Cuba, el espinoso asunto de las Islas Malvinas y la posible legalización de las drogas - impulsada fundamentalmente por los estados centroamericanos -, constituyeron los principales obstáculos, y dejaron en evidencia la sima que actualmente separa a ambos continentes
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