Ha perdido la joya de su corona. La expropiación de YPF por el Gobierno argentino ha supuesto un durísimo golpe financiero y estratégico para repsol. Por lo pronto, mientras un ejército de abogados trabaja en la contraofensiva, centrada más que nada en el precio, los directivos de la petrolera se han armado de papel y lápiz. El objetivo, rehacer las cuentas de la compañía, con el fin de buscar cómo amortizar el impacto. Pero, sobre todo, se trata de diseñar un nuevo plan estratégico de inversión a futuro. Un plan que, a grandes rasgos, ya estaba bosquejado, pero apenas se había puesto en marcha. Sus puntos fuertes: desinvertir en países "inseguros" como Argentina, y potenciar la diversificación de las inversiones, con presencia preferente en Perú, brasil
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