o Sabido es que el colirio de sulfato de cinc, cualquiera que sea su titulación, tiene el inconveniente de alterarse con facilidad, a causa de la formación de carbonatos y materias orgánicas que le impurifican e inactivan. Para evitar estos inconvenientes, decidí ensayar la asociación del ácido salicílico, teniendo en cuenta su poder antiséptico y antizimótico, así como su naturaleza ácida, que, reduciendo la neutralidad de las sales cíncicas, las haría menos vulnerables al oxígeno del aire. El resultado fué completamente satisfactorio, y desde hace algunos años vengo comprobando los beneficios de tal asociación, al igual que otros compañeros, a quienes di cuenta de mis ensayos. La fórmula que seguimos es:
Agua bidestilada hervida-10 gramos.
Acido salicílico-medio centigramo.
Sulfato de cinc-0,05 ó 0,10 gramos.
Solución de clorhidrato de adrenalina al milésimo-V gotas.
M. y fíltrese.
Segunda sesión científica. Día 15, a las nueve y media. Preside el Dr. Sertorio Senna.
Discusión y réplica de esta comunicación págs. 262-263.
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