Durante las últimas décadas, los sistemas ferroviarios han experimentado una gran evolución tecnológica aumentando su nivel de prestaciones y calidad en el servicio. A medida que aumenta la complejidad tecnológica, se hace imprescindible incrementar el número de actividades de seguridad a lo largo de su ciclo de vida. En este sentido, la fase de mantenimiento y operación resulta crítica y por eso, se han de adoptar las medidas adecuadas para identificar, controlar y mitigar las potenciales amenazas que pudieran desencadenar en un accidente. La aplicación del proceso de seguridad, a través de la gestión RAMS, permite obtener estas garantías
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