un subsuelo rebosante de minerales y un río capaz de alimentar unas presas extremadamente potentes, pero las arcas del Estado están vacías y los cortes de corriente son incesantes: la República Democrática del Congo es la viva imagen de la paradoja africana. El continente goza de abundantes riquezas, pero carece de infraestructuras, sobre todo energéticas. A cambio de materias primas, China construye diversas instalaciones. Pero, ¿podrán las poblaciones benficairse de ellas?
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