La multiplicación de imágenes y su tratamiento meramente emocional y/o placentero, notas típicas de nuestra cultura, hacen pensar en una trivialización del arte y en un desvanecimiento de su dimensión política. El presente ensayo reflexiona sobre esos dos problemas, siguiendo las ideas de Jacques Rancière.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados