Pese a los cenizos que le veían morir en una plaza, vive retirado después de muchas andanzas sentimentales y etílicas. Con él en los carteles, la Fiesta siempre ha sido una batalla campal. En la Feria de San Isidro de 1964 pasó del arrebato al delirio
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados