La trama fundamental de la Sentencia KONSTANTIN MARKIN v. RUSSIA de la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de 22 de marzo de 2012 gira en torno a la cuestión de si los hombres tienen derecho a permisos parentales y por nacimiento de hijos, y de ser así, en qué circunstancias; si estos permisos se conceden para el logro de la igualdad entre hombres y mujeres o para el disfrute de la vida familiar y, en última instancia, si aquel deriva directamente del derecho a la vida familiar. Se trata de una Sentencia de sumo interés por varias razones, entre ellas, por la existencia de un cambio jurisprudencial en la interpretación del artículo 8 de la CEDH, relativo al respeto a la vida personal y familiar. Además, porque refleja la evolución que se ha producido en el campo de los estereotipos y funciones de varones y mujeres en el hogar. Y finalmente, porqué dos de las opiniones disidentes de la Sentencia, suponen un avance mayor que el de la propia Sentencia en este campo.
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