María, la princesa dormida

• Autores: Isabel María Garrido de Toro
• Localización: Archivos de la Memoria, ISSN-e 1699-602X, Nº 9, 4, 2012
• Idioma: español
• Títulos paralelos:
  • Mary, the asleep princess
• Texto completo no disponible (Saber más ...)
• Resumen
  • español

    Resumen La práctica enfermera en una unidad de cuidados intensivos está rodeada de diferentes vivencias: alegría, tristeza, dolor, sufrimiento, etc. con las que tenemos que convivir diariamente. Esta narrativa cuenta la historia de María, una joven de 21 años que ingresó en una de estas unidades tras sufrir una parada cardiorrespiratoria y que actualmente se encuentra en estado vegetativo. Se alude al desgaste físico y sobre todo emocional que conlleva el cuidado de los pacientes en estado vegetativo, sobre todo jóvenes y con una vida "quebrada" por delante, donde la comunicación con su interior se hace imposible.

    El caso de María hace reflexionar sobre la capacidad que tenemos los profesionales que convivimos con la muerte o con situaciones trágicas de estar preparadas para afrontarlas. Aunque no existen recetas mágicas para evitar la angustia del dolor ajeno, el trabajo en equipo y la comunicación con nuestros compañeros nos permite compartir sensaciones y sufrimientos que nos produce el padecimiento de nuestros pacientes.

  • English

    Abstract (Mary, the asleep princess) The practical nurse in an Intensive Care Unit is surrounded with different experiences: happiness, sadness, pain, suffering... with that we have to live together every day. This narrative counts the history of Maria, a 21-year-old young woman who joined the UCI after suffering a cardiac arrest and that at present is in the vegetative state. It refers to the physical and, above all, emotional toll involved in the care of patients in a vegetative state, especially the young and when a life is "broken" in front of you and where communication with their interior becomes impossible.

    The case of Mary makes us reflect on the capacity we have as professionals, who work and live with death or tragic situations on nearly a daily basis, to be prepared to face them. Although there are no magic recipes to avoid the anguish of the pain of others, teamwork and communication with our colleagues allow us to share feelings that the suffering of our patients causes us.