Tras señalar algunos aspectos novedosos de la Gran Recesión, recordar que España vive su primera crisis económica con un alto volumen de inmigrantes y poner de relieve la mayor vulnerabilidad social de estos, el artículo analiza la evolución del empleo y del paro entre ellos desde 2007. Luego, estudia las reacciones de los inmigrantes ante la crisis a través de los flujos y de la evolución de la población activa, señalando que España seguirá siendo un país de inmigración. Por último, apunta políticas que se consideran adecuadas para la gestión de los flujos y la integración de los inmigrantes.
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