Sí, quiero

• Autores: Carolina Sazor
• Localización: Foto, ISSN 1134-5993, Nº. 209, 2000, págs. 56-61
• Idioma: español
• Texto completo no disponible (Saber más ...)
• Resumen

  • A todo aficcionado avanzado que se precie le habrán pedido alguna vez que se encarge de hacer las fotos de la boda de algún amigo, conocido, pariente lejano...no se trata de rivalizar con los fotógrafos profesionales, especializados en este campo, pero la intimidad fotógrafo-fotografiado es clave en los retratos, como es el caso, y de ahí que muchos novios prefieran que se ocupe del reportaje de su boda un aficcionado semi-profesional de confianza. Para este, o esta, hasta cierto punto, es un engorro, sobre todo si el nuevo "BBC" (de "bodas, bautizos y comuniones") guarda una estrecha relación con alguno o ambos contrayentes. Porque lo primero que hay que admitir es que en una boda, o se es fotógrafo o invitado. El fotógrafo ni disfruta, ni bebe...ni come. Está ahí para fotografiarlo todo. Pero también es un reto de lo más interesante, una ocasión excelente de practicar la afficción preferida en las condiciones más exigentes... y de lucirse con sus dotes fotográficas ante un gran número de personas. Y para eso, nada mejor que tomar buena nota de los consejos profesionales que damos a continuación.