El calentamiento global se ha convertido, en los últimos años, en uno de los temas científicos, políticos y económicos más relevantes. Según el IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático), el período comprendido entre 1995 y 2006 parece haber sido uno de los más cálidos registrados hasta ahora desde 1850. Variables relevantes tales como las alteraciones en la temperatura oceánica, cambios en los ecosistemas terrestres (como la disminución de la extensión de la capa de nieve y hielo en el hemisferio norte), el acortamiento de las estaciones frías, el derretimiento de glaciares, la disminución de la extensión del permafrost y el aumento del nivel del mar, proporcionan una evidencia clara de que el mundo se está calentando. Ralentizar y limitar el cambio climático requiere, a largo plazo, un gran esfuerzo a nivel internacional. La vía actual más importante la constituye el Convenio de Naciones Unidas para el Cambio Climático, el cual ha sido ratificado por 189 países. Pero también es importante tomar medidas preventivas a nivel nacional. Los países industrializados han hecho algún progreso, aunque limitado, en frenar las emisiones de GHG (gases de efecto invernadero) desde 1990. Durante este período se ha reconocido la necesidad urgente de diseñar políticas específicas, como la utilización de permisos de emisiones, impuestos sobre la energía y medioambientales, medidas voluntarias del sector industrial, políticas de regulación y una creciente investigación y creación de programas destinados a la mitigación. Este artículo pretende presentar, de forma sintética, la realidad actual, tanto científica como económica, del cambio climático, las políticas económicas más eficientes que pueden prevenirlo o ralentizarlo y la importancia de los costes que de éstas se derivan. El riesgo de que el cambio climático endurezca los impactos hace que sea urgente el compromiso de tomar medidas significativas encaminadas a reducir las emisiones de GHG durante las próximas décadas. La política económica y la política medioambiental deben actuar conjuntamente en la consecución de este objetivo.
During the last years, global warming has turned into one of the most important scientific, political and economic items. The IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change) affirms that the period between 1995 and 2006 has been one of the warmest since 1850. Climate change is already being observed through rising temperatures, melting glaciers, shifting rain patterns, increased storm intensity and rising sea levels. These factors are the evidence that the world is getting warmer. To slow and limit climate change requires, in the long run, a great international effort. The United Nations Frame on Climate Change has been ratified by 189 countries. But it is also important to implement preventive national measures. Since 1990, industrialized countries, although limited, have made some progress in cutting GHG (greenhouse gases) emissions. During this time the countries have urged the implementation of specific policies, like the use of emission permits, energy and environmental taxes, industrial voluntary measures, regulatory policies and an increasing researching programs related to mitigation. This paper aims to present, in a synthetic way, the scientific and economic actual state of the climate change problem and the alternatives to reduce global warming together with the economic costs. The risk of serious climate change impacts suggests that urgent action is needed to significantly reduce GHG emissions in the coming decades. Political economy and environmental economy must work together in order to fulfil this objective.
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