La incidencia del melanoma continúa aumentando de forma llamativa. Como el resto de las neoplasias, la evolución de este tumor depende, en primer lugar, del estadio en el momento del diagnóstico. La probabilidad de enfermedad ganglionar aumenta con el espesor del tumor primario. La supervivencia a largo plazo de los pacientes con metástasis a distancia es menor del 10%. La resección amplia y la técnica del ganglio centinela son las partes más importantes del tratamiento inicial. La mayoría de las guías clínicas recomiendan adyuvancia con interferón en altas dosis en estadios IIB-III. Si es posible, la cirugía de las metástasis se recomienda cuando éstas son localizadas. La radioterapia paliativa tiene utilidad en las metástasis cerebrales sintomáticas y la paliación del dolor en las metástasis óseas. La quimioterapia tradicional ha demostrado unas tasas de respuestas modestas en torno al 20% en primera y segunda línea de tratamiento. Dos nuevas estrategias terapéuticas han cambiado el tratamiento en la enfermedad metastásica: la inmunoterapia con ipilimumab y el tratamiento con vemurafenib cuando existe mutación de BRAF. Estos fármacos han mejorado sustancialmente las tasas de respuestas y la supervivencia de los pacientes incluidos en varios estudios prospectivos aleatorizados.
The incidence of melanoma continues to increase dramatically. As with nearly all malignancies, the outcome of melanoma initially depends on the stage at presentation. The likelihood of regional nodal involvement increases with increased tumor thickness. Long term survival in patients with distant metastases is less than 10%. Wide excision and sentinel Iymph node biopsy are the most important part of the initial treatment. Most guidelines recommend adjuvant high-dose interferon for patients with stage IIB to 111. Resection, if feasible, is recommended for limited metastatic disease. Palliative radiotherapy should be considered, especially for symptomatic brain or localized and painful bone metastases. Traditional chemotherapy has demonstrated modest response rates under 20% in first-line and second-line settings. Two new approaches have changed treatment of metastatic disease: immunotherapy with ipilimumab, and vemurafenib if BRAF mutation is documented. These drugs have substantially improved response rates and/or survival of the patient population included in prospective randomized trials.
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