Pocos intelectuales de la República de Weimar se confrontaron tan intensamente con el Surrealismo francés como Walter Benjamin. El pensador judío-alemán vio reflejada en dicho movimiento su pretensión de una politización del arte en favor de la emancipación social. Frente a una república amenazada por el ocaso, la tarea del intelectual según Benjamin ya no podía ser exclusivamente contemplativa. Su concepto de una �iluminación profana�, concebido a partir del relato Nadja (1928) de André Breton, puede entenderse como respuesta a la crisis de la intelectualidad europea. La presente contribución traza su posicionamiento frente al movimiento vanguardista, abarcando desde el ensayo sobre el surrealismo (1929) hasta el póstumo Libro de los Pasajes, y analizando sus implicaciones para la propia obra
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