Ariel Sharon ha emprendido un camino sin retorno: se empeña en destruir el incipiente Estado Palestino, apuesta por terminar con el pueblo palestino, por subyugarlo y humillarlo. Mientras, la comunidad internacional asiste impasible a la escalada militar isrelí y al exterminio de ciudadanos inocentes. Occidente condena la acción israelí pero no se toman medidas diplomáticas, políticas o económicas que frenen el ejercicio de la violencia contra un pueblo indefenso.
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