El sistema de alianzas asiáticas de Washington funcionó durante la Guerra Fría , pero no se corresponde con la realidad política de hoy. La Casa Blanca tiene la oportunidad de crear una estructura institucional visionaria para la región. En el corto plazo, puede hacerlo transformando las conversaciones de seis partes sobre Corea del Norte en una organización permanente de cinco potencias que se reuniría con regularidad para analizar diversos temas de seguridad regionales, más allá de la amenaza nuclear norcoreana. En el largo plazo, Washington tendrá que considerar mecanismos para vincular este diálogo sobre seguridad con los diversos foros económicos multilaterales que hoy existen, y poder así conformar el ambiente internacional que pueda prever las nuevas necesidades políticas.
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