En Malí, como en Afganistán, la solución militar no es la única respuesta al problema de seguridad. Para evitar que renazca la amenaza extremista que la operación francesa ha diluido temporalmente, se precisa un plan de desarrollo y construcción del Estado en el Sahel.
El viernes 11 de enero, Françoise Hollande anunció por televisión "el apoyo del ejército francés al ejército maliense" a fin de contener la acción combinada de las fuerzas de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), el Movimiento para la Unidad y la Yihad en África Occidental (Muyao) y Ansar Dine contra el sur de Malí. Francia acababa de poner en marcha la guerra en ese país. Sorprendieron tanto lo repentino de la decisión como la solemnidad de la declaración de Hollande. ¿Cómo explicar la inmediatez de esta operación militar?
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