Ya es conocida la función del complejo mayor de histocompatibilidad de tipo I (MHC-1) en la presentación de péptidos endógenos a los linfocitos T citotóxicos. Sin embargo, en los últimos 30 años se ha venido estudiando su implicación en conductas sociales y sexuales relacionadas con el reconocimiento de individuos tales como la elección de la pareja, el reconocimiento de la camada o el efecto Bruce (interrupción del embarazo en ausencia del padre en ratones). El MHC-1, por su diversidad alélica dentro de una misma especie, es ideal para este fin. El reconocimiento se produce mediante la liberación por parte del emisor de los péptidos ligandos del MHC-1 en secreciones que serán luego percibidas a través de los órganos olfativos del receptor (en ratones en su órgano vomeronasal).
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