Francisco Javier Delicado Martínez
La devoción en Jumilla a Nuestra Señora de la Asunción, con cofradía propia, se remonta al siglo XVI, imagen a la que se daba culto “de prestado” originariamente en la Ermita de Santa Catalina hasta el año 1777, fecha en la que se traslada a la Ermita de San Agustín, erigida de nueva planta sobre otra anterior y de propiedad municipal.
La ermita, un edificio de transición entre el barroco regional y el neoclasicismo, es de una gran unidad formal. Fue construída hacia 1770-1776 por el tracista, natural de Aspe (Alicante), José Gonzálvez de Coniedo, autor también del camarin anejo (1798-1800), y es de porte análogo en su disposición estructural –aunque más modesta– a las iglesias parroquiales de Aledo, Bullas, Lorquí y Pliego.
De planta de cruz latina, consta de una sola nave dividida en tres crujías a las que se abren capillas laterales entre los contrafuertes con coro elevado a los pies. Cierta singularidad aportan sendas cúpulas trasdosadas con tejería vidriada que se elevan sobre el crucero y el trasagrario.
La imagen titular asuncionista es obra del escultor valenciano Ignacio Pinazo Martínez (1940) y las restantes tallas de imaginería que acoge la capilla son de elaboración moderna.
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