Natalia Mesa, José de la Oliva, Alexandra Teófila Bagney Linfante, Miguel Ángel Jiménez Arriero, Roberto Rodríguez Jiménez
Introducción. La disfunción sexual es un efecto secundario frecuente de los antipsicóticos. Ha sido relacionada con la hiperprolactinemia producida por el antagonismo dopaminérgico D2 propio de los fármacos antipsicóticos.
El agonismo parcial dopaminérgico D2 del aripiprazol podría explicar por qué su utilización no suele producir ese efecto secundario y que incluso lo revierta al añadirse aripiprazol al tratamiento con otros antipsicóticos.
Casos clínicos. Se presentan dos casos clínicos con un primer episodio psicótico en tratamiento con antagonistas dopaminérgicos D2, que desarrollan amenorrea y disfunción eréctil respectivamente. Tras añadir aripiprazol a su tratamiento antipsicótico previo remiten estos efectos secundarios manteniendo adherencia y eficacia terapéutica.
Conclusiones. Los fármacos que pueden disminuir los efectos secundarios en la esfera sexual pueden mejorar la aceptación al tratamiento y la calidad de vida, especialmente en pacientes jóvenes con primeros episodios psicóticos.
En los casos presentados, el uso de aripiprazol como fármaco adyuvante, se tradujo en una mejoría en los efectos secundarios de la esfera sexual, sin comprometer la eficacia terapéutica.
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