La II República acometió la depuración del magisterio nada más estallar la guerra civil. En Cantabria se siguió el mismo proceso que en el resto del territorio republicano: la Dirección General de Educación elaboró una lista de maestros sancionados utilizando los informes que le llegaron de los comités locales y sindicales. Casi un tercio de los maestros sufrieron la más severa de las sanciones previstas para los que eran declarados desafectos al régimen: suspensión de empleo y sueldo. La repercusión negativa que tuvo esa decisión en las necesidades de escolarización de la provincia hizo que se realizase una nueva depuración que no llegó a ser efectiva pues la provincia pasó a manos franquistas
The Spanish Second Republic began a schoolteacher purge right at the start of the Civil War. The procedures applied in the rest of the Republican territory were followed in Cantabria: after receiving reports from local and union committees, the General Office of Education drafted a list of teachers to be disciplined. More than a third of the schoolteachers received the highest possible penalty: forfeiture of job and salary. The negative impact of these penalties in the schooling needs in Cantabria forced a secnd purge, which had limited effect due to Franco's conquest of Cantabria
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