El modernismo catalán es un periodo que se caracteriza por un tratamiento exquisito de los materiales de construcción, como: las molduras de piedra, el empleo del cristal, y fundamentalmente la utilización del acero y de la obra de fábrica -que conforman las ornamentaciones y simetrías existentes-. A cambio, éstos han sido motivo de preocupación constante en su rehabilitación posterior: las deficientes uniones entre los materiales y el incorrecto tratamiento anti-humedad del acero.
Uno de los edificios más representativos de este periodo es la �Estación del Norte de Barcelona�. Inicialmente, construida con la intención de albergar en su interior la estación del ferrocarril que comunicaba Barcelona con Zaragoza, dejó muy pronto de funcionar como tal y cayó rápidamente en desuso. Con posterioridad y a lo largo del tiempo, el espacio resultante se tuvo que reconvertir, cobijando en su interior infinidad de usos e instalaciones que dependían de administraciones distintas.
Todo ello ha repercutido en una notable falta de mantenimiento que ha provocado toda una serie de patologías representativas de los edificios de esta época.
Su rehabilitación fue iniciada con la excusa de los Juegos Olímpicos del 92 y ha continuado hasta nuestros días, abarcando una variada casuística.
En este trabajo se pretende mostrar y analizar las patologías más habituales de este tipo de construcción y de modo general, indicando en cada caso cual es el procedimiento a seguir para su posterior reparación. Para ello, se propone una metodología de trabajo que permita su aplicación posterior en edificaciones parecidas.
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