El polifacético arquitecto de origen argelino André Bloc, tras ensayar en varias ocasiones en su jardín de Meudon algunas soluciones plásticas habitables, insertó una de sus esculturas habitáculo en una de las playas almerienses de Carboneras. La construcción, conocida popularmente como �El Laberinto�, constituye una obra singular del patrimonio arquitectónico español del siglo pasado y una muestra ejemplar del esfuerzo de integración entre arte y arquitectura. Pero sobre todo, esta insólita vivienda supone un testimonio extraordinario respecto a la frontera que separa arte y arquitectura y restringe una hipotética coalescencia entre ambas: el hecho constructivo marca un límite que, aunque variable, resulta ineludible.
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