En el artículo se abordan los problemas de legitimación que plantean las nuevas formas de regulación que se asocian con la �gobernanza� como modelo de ejercicio del poder distinto al �gobierno�. Ante la crisis de los criterios tradicionales de legitimidad anclados en el modelo representativo de las democracias de los Estado-nación, la gobernanza se reclama como una forma de gobierno no solo más ef icaz en términos de gobernabilidad de la complejidad de la sociedad globalizada de nuestros días, sino también más democrática por el papel que atribuye a la deliberación y a la participación de actores privados y partes interesadas en el proceso de toma de decisiones. En particular, se analizan las aportaciones provenientes de Estados Unidos del llamado �experimentalismo democrático� o �poliarquía deliberativa directa� y su particular influencia en el ámbito de la Unión Europea, en cuyo seno las nuevas formas de gobernanza y de experimentalismo democrático �caso del �método abierto de coordinación�� se han presentado como la estrategia más adecuada para afrontar el problema crónico del déficit democrático de la política y del derecho co- munitario. A pesar de las sugerentes promesas democráticas, el autor presenta las paradojas y riesgos en términos de legitimidad democrática de estas nuevas formas de regulación y concluye que su llamada a la participación de la sociedad en la toma de decisiones puede ser considerada más un mito que una realidad
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