Hasta ahora no había sucedido nada igual en territorio de la Unión Europea. En el marco de una selecciones en ciernes en Alemania, los Veintisiete habían decidido dar "un escarmiento" a Chipre -y, de paso, a Rusia- imponiendo una tasa a los depósitos bancarios en este país que tocaba las hasta ahora "sagradas" cuentas de menos de 100.000 euros (6,75 por ciento yn 9,9 para las de mayor cuantía). Eran las "condiciones" impuestas para hacer efectivo un rescate de 10.000 millones de euros, cuyos beneficiarios principales serán, paradójicamente, esos mismos bancos. Es la primera vez que, además de las consabidas medidas de austeridad y recortes en el Estado del bienestar, la Unión trata de obligar a un socio a realizar una "expropiación" directa sobre los ahorros de los particulares. Pero la sorprendente negativa del Parlamento de Nicosia abre grandes incógnitas. Con Rusia participando en las negociaciones y con la posibilidad real de que un país de la UE acabe abandonando el euro, esta semana se presenta decisiva.
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