El que fuera todopoderoso vicesecretario general del PSOE bajo el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero está contra las cuerdas. Después de que la Fiscalía haya solicitado el suplicatorio contra el todavía diputado, está más abierta que nunca la posibilidad de que pueda ser procesado por un delito de tráfico de influencias, lo que le valdría el abandono del escaño, como él mismo ha confirmado, y quién sabe si el punto final a su carrera política. En menos de dos años, ha pasado de influyente "número dos" con Zapatero a ver cómo su peso en Ferraz se ha diluido casi por completo. Un declive político que va parejo al de otros nombres importantes del zapaterismo que están perdiendo pie en el partido, como jesús caldera o Juan Fernando López Aguilar.
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